Entre los niños y adolescentes que trabajan en nuestra ciudad están los que viven en el barrio de nuestra escuela y que concurren a nuestras aulas.
Venden flores, cuidan hermanitos, son cartoneros, cocinan, limpian sus propias casas y las de otras familias-mientras sus mamás o abuelitas tutoras también trabajan-, trabajan desde muy temprano
en la construcción, en una fábrica de zapatillas cercana.... para todos ellos venir a la escuela les resulta un esfuerzo muy grande que pone en riesgo la permanencia en las aulas. Cuidemos todos que no se vean obligados a abandonar.
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